martes, 23 de diciembre de 2008

Superman: Paz en la Tierra


De la unión de Paul Dini y Alex Ross surge esta novela gráfica de título Paz en la Tierra. Con ese nombre ya te puedes imaginar por donde van a ir los tiros, una búsqueda de la armonía en este mundo tan diverso y desigual. Precisamente es Alex Ross, como no podía ser de otro modo, quien da el toque de distinción a la obra con su trabajo cien por cien realista y lleno de calidad. Además nos sorprende con un diseño novedoso mediante el cual, Superman cuenta la historia en primera persona. Elegir un dibujo u otro es bastante complicado, pues cualquier viñeta es una verdadera maravilla, pero bueno tal vez citar Metrópolis bajo esa fina nevada navideña, o el increíble dibujo que nos presenta el congreso, es que hay tantas que sería una larga lista de escenas, y si no comprobar la llegada del protagonista a las favelas de Brasil. En cuanto a la historia en si, hay que comentar positivamente como se describe fielmente el espíritu de Superman, viviendo con la utopía de encontrar el mundo ideal, en el que las personas vivan en paz. He ahí la crítica más patente que encontramos hacia nuestra sociedad de consumo, deja manifiesto que es imposible que un hombre solo pueda conseguir tales resultados, es necesario que todos pongan algo de su parte y por supuesto que muchos no estarán de acuerdo en colaborar. Otra dura crítica muestra la manera hipócrita del comportamiento humano, llega la navidad y a todos se nos ablanda el corazón, Superman incluido, e intentamos hacer lo que durante el resto del año ni siquiera hemos intentado. Así vemos como, en efecto, el héroe decide aplacar el hambre de la humanidad. Pero está solo y sabe que lo que se propone solo será la solución por poco tiempo. Nombra el acertado dicho de que si a un hombre le das un pez comerá un día, pero si le enseñas a pescar podrá comer siempre. El problema es que a muchos les interesa esa situación, como se puede ver en el cómic. Superman recorrerá el mundo, intentando aplacar el hambre. Será recibido con emoción, otras veces con ansiedad y también encontraremos a gentes que no quieran ser ayudados. Es un relato netamente de sentimientos, del sufrimiento de un personaje que no conoce el hambre y que de una manera casi desesperada quiere erradicarlo. El punto culminante de la historia es para mí cuando un niño le pregunta si mañana va a volver, Superman desvía la mirada. En ese instante se trasmite una emotividad tan grande que interrumpe al lector por un momento y lo hace pensar. Tal vez hay alguna escena que se podía haber evitado, como el incendio en Africa y la posterior estampida de animales, pero en algún momento tiene que aparecer la típica escena de acción, por lo demás, encontramos un mensaje políticamente correcto, un mensaje que podría ser el sermón de un sacerdote y el doloroso fracaso de un superhombre en busca de un mundo justo y solidario.

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