martes, 23 de diciembre de 2008

Superman: Identidad secreta


En un pueblecito de Kansas, David y Laura Kent tienen un hijo. Con todo el buen humor del mundo deciden hacerle la faena de llamarlo Clark. Visto así parece una historia más que gira alrededor del todopoderoso nombre de Superman, pero nada más lejos de la realidad, estamos ante una obra de muchos quilates, se trata de Identidad secreta. Se dan todas las circunstancias para lograr un buen producto, el impecable guión de Kurt Busiek y el dibujo extraordinario de Stuart Immonen. DC Cómics lanza en el año 2004 esta magnífica historia. El protagonista, como ya hemos comentado al principio es un muchacho llamado Clark Kent. Es el blanco de todas las burlas y chistes de sus compañeros de clase, lo que le crea un auténtico trauma. Precisamente atraviesa esa edad en la que cualquier cosa parece una tragedia. La narración te atrapa desde el primer momento, cuando Clark escribe en primera persona todas sus preocupaciones. Se siente desplazado, solo, acribillado por los graciosillos de turno y sin darle un rumbo a su vida. Todo cambia cuando empieza a detectar que posee unos poderes similares a los de Superman. Parece una historia inverosímil, pero la manera en que esta contada la hace la cosa más normal del mundo. Atrapados por la trama ves como intenta buscar un camino para su vida y su origen. Sus preguntas filosóficas no difieren de las que siempre se ha hecho la humanidad. Tras una broma y por capricho del destino se enamora de una chica llamada Lois. Es una historia de amor muy apasionada, encuentra a la persona adecuada par compartir su secreto. Ahora sus miedos cambian, pues no sabe la reacción de Lois. Sabe que su futuro, a parte de ser un escritor emergente, es la de ayudar a la humanidad. Con lo que no cuenta es con el gobierno. Dispuesto a encontrarle y estudiarlo. Y así transcurre su vida, siempre hay algo que le preocupa, como a todo el mundo, no es más que el reflejo de cualquiera de nosotros, todos tenemos una doble identidad, una cara que mostramos ante los demás y otra en nuestro fuero interno que es la esencia de las personas. Esto esta muy bien explicado y llega de forma directa. No duda en criticar al gobierno norteamericano, critica de una manera esplícita las formas de hacer política, es como un viaje a nuestro interior, visto desde la perspectiva de este particular personaje. Y de repente aparecen momentos impactantes, como cuando es capturado y ve esos cuerpos inertes de hombres e incluso niños. Son instantes en los que no sabes donde termina la ciencia ficción y donde comienza la realidad. El protagonista va quemando etapas a lo largo de la narración, vemos como madura y como se combierte en padre. Sus prioridades cambian y le entra esa vena protectora innata de todos los padres. El personaje crece y se enriquece por momentos, haciéndose entrañable, pero no solo él, también su entorno, su mujer y su “amigo” del FBI, con el que colabora para mantener el orden. Esta es otra relación muy bien construida, desde el odio hasta el aprecio, siempre guardando las distancias. Pero el tiempo pasa, incluso para él, su fuerza va mermando poco a poco y con una magnífica metáfora vemos su vejez en las espléndidas puestas de sol dibujadas en las viñetas. El guión es muy bueno, pero no destacaría tanto de no contar con los dibujos sobresalientes de Stuart Immonen. Son composiciones acertadas, están llenas de expresividad y un realismo muy logrado. Hay veces que parece que estés viendo fotografías retocadas con photoshop. Increíble el resultado tanto en personajes como en paisajes. Da vida a los cielos más expresivos y puedes ver en cada cara una expresión muy humana y de esa expresión, un sentimiento. Por otro lado hay que comentar el acierto que supone en esta historia el alejarse de la fantasía de los cómics de Supermán y centrarse más en el mundo de la ciencia ficción, con una interesante idea al final, acerca de lo que pudiera llegar a ser la evolución del ser humano. Solo es un punto de vista, pero muy acertado para concluir esta apasionante historia dibujada.

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