martes, 23 de diciembre de 2008

Batman: El regreso del caballero oscuro


Si hay una palabra que por si sola pueda definir esta obra es, en mi opinión, adictiva. La atmósfera sombría y decadente te envuelve sin previo aviso y es imposible apartar la mirada de los sobrios y convincentes dibujos de Frank Miller. Como si de una marca de las caras se tratara, el nombre del padre de la criatura, asegura un mínimo de calidad además de un sello muy personal. El cómic es duro y crudo, no se anda con sensiblerías ni piensa en la posibilidad de que pueda caer en manos de gente remilgada. La verdad es que ese estilo oscuro viene como anillo al dedo para reconstruir la historia de Batman. Erige un personaje único, creado a si mismo, esclavo de un trágico pasado y destinado a crear polémica a través de sus actos. Frank Miller lo rescata tras diez años apartado de su misión de vigilancia en la ciudad de Gotham. Es más viejo, pero seguirá manteniendo el orden con unos métodos bastante discutibles. Si el fin justifica los medios es el eterno debate, mucha gente habla y habla, pero cuando las cosas se ponen feas, todos se sorprenden por sus reacciones. Hablando de personajes, tenemos otro muy bien construido, el viejo comisario de policía a punto de jubilarse. Se trata de un hombre que sabe como es la ciudad en la que vive y opta por posicionarle del lado del caballero oscuro, es una persona de una personalidad aplastante y con unos principios muy claros. Y en el otro lado están los verdaderamente malos, mentes enfermas sin escrúpulos, rodeados por pandillas de simpatizantes capaces de vender a su propia madre. Con ironía muestra las miserias de la sociedad, con un gobierno que distorsiona la realidad, medios de comunicación que cuentan las verdades a medias, censura a raudales, gente que cree en la reinserción como una buena solución contra el crimen, da igual que seas un asesino, un violador o que hayas robado una piruleta en un kiosco, y otros que defienden los métodos de Batman. Y luego todos intentan quitarse la responsabilidad, del alcalde al gobernador, del gobernador al comisario de policía… La metáfora de los mutantes es una maravilla, descubres atónito como se arriman al sol que más calienta, siempre siguiendo a un cabecilla. Buscan siempre una excusa para sacar su lado más violento, no podrían ser otra cosa que mutantes. Pero no pasa nada mientras sigamos en manos de los Estados Unidos de América, comenta un presidente con un parecido más que evidente a Ronald Reagan. Por otro lado, Batman contará con la ayuda de una jovencita que se hará pasar por Robin, de sus disputas también sacará partido el autor como contrapuesto al clima tenso que se respira. El caballero oscuro no cambiará su manera de actuar, pese a ser el objetivo número uno del gobierno, lo tachan de ser una mala influencia. Luego esta la forma de ser del populacho, cada uno saca lo peor de si mismo cuando las cosas van mal. Hacen lo que anteriormente criticaban y poco a poco la repercusión de esta crisis se convertirá en una bola de tales dimensiones que será capaz de su autodestrucción. El hecho de que nuestros actos pueden desencadenar catástrofes irremediables se ve a lo largo de la historia, somos capaces de provocar una guerra mundial o de disparar a la primera persona que tenemos delante. Un claro ejemplo de esta decadencia la tenemos en la presencia de Superman como un objeto dirigido por el gobierno para acabar con lo que consideran un cáncer para la sociedad, Batman. Otro de los aspectos más significativos es la crítica a la televisión, una y otra vez vemos como los telediarios dan sus puntos de vista acerca de los hechos, no ofrecen un juicio parcial, mezclando noticias banales con otras que muestran momentos decisivos para la humanidad. Y el rebaño, mientras tanto, es influenciado de manera decisiva por la caja tonta, que de tonta no tiene nada. Esta claro que el que domina a la masa tiene el poder, de ahí que las mentes más avispadas destaquen para conseguir sus objetivos. La acción va aumentando la tensión, desde un principio surge ese interés descontrolado por conocer el desenlace, sintiendo al mismo tiempo una sensación de desasosiego. Mientras lees y ves los dibujos apocalípticos, descubres que estás disfrutando plenamente de la obra. Es imposible no identificarte con bastantes escenas, es doloroso reconocerlo, pero nos muestra la esencia de una sociedad como la nuestra, egoísta y despiadada. El tramo final te deja sin habla, cuando aparece Batman montando un espectacular caballo negro y posteriormente la lucha contra superman, con un desenlace impactante y original. No soy capaz de juzgar quien tiene la razón, todo es relativo, lo que esta claro es que obras como estas son de imprescindible estudio, te marcan y te hacen pensar más allá de tus típicos problemas diarios. Detrás de estos cuatro episodios reunidos en un tomo, con una presentación de lujo, hay una historia que da mucho que hablar y ofrece un producto que no esta hecho solo para pasar un rato divertido, se puede decir que es todo lo contrario a intrascendente.

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